Por Gorman Insights
La ONG taiwanesa Doublethink Lab lanzó recientemente el China Index 2021, un ranking que busca determinar, medir y visualizar, en base a evidencia fáctica, la influencia de la República Popular China en 46 países.
Para lograrlo, Doublethink Lab creó nueve categorías, que van de lo académico y lo tecnológico a la política exterior y los medios de comunicación, para que expertos en cada uno de estos países aporten evidencia documental que respalde o no la influencia china. Todos estos datos se procesan para crear el primer esfuerzo real para ponderar el nivel de exposición que tienen los países al impulso global del gigante asiático. En cuanto a las características de esta influencia, el China Index destaca que, en líneas generales y a nivel global, es más fuerte en los dominios de política exterior, política interna y tecnología, y más débil en los dominios militar y social.
Hay un solo país de América Latina entre los 10 más influenciados por China. Se trata de Perú, que alcanzó la 4° posición, entre Tailandia (3°) y Kirguistán (5°). Esta influencia está representada sobre todo en el pilar de Sociedad, que mide el alcance y la eficacia de los esfuerzos de China para promover su poder blando en el país, donde Perú obtuvo 72,7%. Pero también se constata una influencia significativa de China en los medios de comunicación (68,2%) y en lo militar (63,6%). Cabe mencionar que ningún otro país de América Latina muestra una influencia tan significativa en estas tres categorías como Perú.
La Argentina ocupó la posición 28° en este nuevo índice, con una influencia china muy similar a la que existe en Serbia (27°) o Canadá (29°). A nivel regional se posicionó después del ya mencionado Perú (4°) y de Venezuela (19°), México (23°), Chile (24°) y Brasil (26°).
Donde la influencia de la República Popular en nuestro país más se hace sentir es en el pilar de Tecnología: registra una incidencia del 65%, el mayor porcentaje en este rubro para cualquier país de América Latina y el séptimo en el mundo. Este pilar mide la influencia china sobre el sector tecnológico de cada país, incluida la actividad y el impulso financiero que tienen las empresas de la República Popular, el uso de hardware chino y las asociaciones de investigación bilaterales que puedan existir.
De acuerdo a los datos (que en el caso de Argentina fueron recogidos por Data Privacy Brasil Research) la influencia tecnológica china es significativa en el área de las telecomunicaciones. Específicamente, China Index cita acuerdos con Huawei para adoptar hardware de 5G, la existencia de proyectos de infraestructura de servicios de internet vinculados al gobierno chino, la firma de memorándums de entendimiento para la colaboración de desarrollo tecnológico en IA, blockchain o la nube, y la inversión de capital de riesgo vinculado a este país en nuevas empresas tecnológicas argentinas (algo que según China Index se da poco, aunque de manera significativa). En términos regionales, el segundo país más influido por la impronta tecnológica china fue Brasil (61,4%), seguido de Venezuela (45,5%) y México (36,4%), mientras que los tres país donde menos influencia se da en este campo fueron Uruguay (17,5%), Paraguay (15,9%) y Colombia (9,1%).
Medida por su alcance, la Política Interna es la segunda categoría de este índice donde la influencia china muestra una mayor gravitación en términos porcentuales para nuestro país: 50%. Esta categoría busca determinar los esfuerzos de la República Popular por influir en el panorama político de cada país y la presencia -abierta o disimulada- de empresas de seguridad chinas. El índice da cuenta de una existencia significativa de acuerdos entre provincias argentinas y el gobierno chino o sus empresas; programas de hermanamiento entre ciudades de ambos países; viajes de políticos pagados por el gobierno chino; el intercambio de personal policial para capacitación y la expresión de opiniones favorables sobre la República Popular por parte de funcionarios del gobierno argentino. Sin embargo, no existe evidencia que indique la contratación de empresas chinas de seguridad en áreas de gobierno, que los empleados argentinos hayan recibido algún tipo de beneficio por parte del estado chino o que desde este país se hayan realizado aportes económicos para campañas electorales en Argentina. En el contexto regional, la influencia china en política interna es más fuerte en Perú, Venezuela y México (56,8%) y más baja en Bolivia (27,3%), Colombia (25%) y Paraguay (0%).
La influencia china en lo que hace a la Aplicación de la Ley en Argentina es significativa. En este pilar, que mide la colaboración en materia de leyes entre la República Popular y cada país, así como la presencia de actividades delictivas de origen chino, la Argentina registró una influencia de 36,4%, la segunda más alta en la región después de Perú. Aunque el índice destaca la inexistencia de actividades de espionaje económico al sector privado que pueda beneficiar indirectamente a empresas chinas o ataques cibernéticos sospechados de tener vinculación con el gigante asiático, sí existe una colaboración entre Estados que se manifiesta principalmente en tratados de extradición y asistencia mutua, acuerdos de cooperación en la lucha antiterrorista con la República Popular o la implementación de sistemas de vigilancia de este origen. Por otro lado, el índice presenta evidencia de actividades vinculadas a organizaciones delictivas chinas (como la Tríada), algo que también sucede en Bolivia, Brasil, Paraguay y Perú.
En el otro extremo, la influencia china en nuestro país se hace sentir menos en dos pilares, el de Defensa y el de Sociedad, donde obtuvo 18,2% de influencia en ambos casos. El pilar de sociedad mide el alcance y la eficacia de los esfuerzos de la República Popular China para promover su poder blando en estos países, incluida su influencia sobre las acciones y puntos de vista de las organizaciones locales y los ciudadanos. De las 11 variables vinculadas a esta categoría, en Argentina sólo hay evidencia de dos: la donación de dinero por parte de personas o entidades relacionadas con la República Popular a comunidades religiosas u organizaciones benéficas, y la caracterización positiva que hacen de China los productos culturales argentinos (menciona como ejemplo la película Un cuento chino, protagonizada por Ricardo Darín). Por otro lado, el pilar de Defensa mide la relación militar bilateral entre la República Popular China y la Argentina, incluidos sus esfuerzos para influir en el personal militar local. Al igual que en Sociedad, en el ámbito militar sólo se da el cumplimiento de dos de las once variables: el establecimiento de bases chinas en territorio argentino y el hecho de que miembros de las Fuerzas Armadas argentinas hayan recibido educación militar profesional en territorio de la República Popular.
Por último, la influencia china fue moderada y en línea con la región en política exterior (36,4%), el ámbito académico (34,1%), los medios de comunicación (31,8%) y la economía (27,3%).
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