
Rosendo Fraga (h)
Director de Análisis e Investigación en gormanlee.com
La semana pasada se publicaron los resultados del informe Global Financial and Economic Crime Outlook 2025, elaborado por la firma internacional Secretariat. En él, Uruguay se posicionó como uno de los diez países con menor riesgo de delitos financieros y económicos a nivel global. El país ocupó el noveno lugar entre 177 naciones evaluadas y fue clasificado como uno de los “titanes transparentes”, la categoría más destacada del ranking. Para integrarla, un país debe contar con una fuerte aplicación de la ley y cumplimiento global, alta transparencia e integridad financiera, diligencia debida y reportes sólidos, y un enfoque proactivo frente a riesgos transfronterizos.
El estudio se basa en el Secretariat Economic Crime Index (SECI), un índice compuesto que evalúa el riesgo de delitos como el lavado de dinero, la corrupción y el crimen organizado. Con un puntaje de 1,38, Uruguay no solo lidera el ranking en América Latina, sino que también se ubica junto a países como Suecia, Australia, Finlandia y Singapur, reconocidos por sus altos estándares de integridad financiera y eficacia gubernamental.
Según el informe, la posición de Uruguay se explica por su fuerte gobernanza, bajos niveles de corrupción y regulaciones estrictas contra el lavado de activos, lo que lo convierte en una excepción regional frente a otros países latinoamericanos que fueron clasificados como “jugadores vigilantes” (Chile, Costa Rica, Cuba, Argentina y República Dominicana), “reformadores reactivos” (Perú, Colombia, Bolivia, Ecuador, Brasil, El Salvador, Paraguay, Guatemala, Panamá, México, Honduras y Nicaragua) o incluso “rezagados regulatorios” (Haití y Venezuela).
Además, el análisis muestra una correlación inversa entre la eficacia del gobierno y el riesgo de crimen financiero: los países con instituciones sólidas y políticas públicas eficaces tienden a registrar menores niveles de exposición a delitos económicos. En este contexto, Uruguay destaca por su combinación de estabilidad institucional y políticas preventivas, lo que lo consolida como un entorno seguro para inversiones y negocios internacionales.
El informe también advierte sobre nuevas amenazas, como el uso delictivo de la inteligencia artificial, la vulnerabilidad de los activos virtuales y el aumento del “fraude de guante blanco”, lo que remarca la importancia de fortalecer la supervisión financiera y adoptar herramientas tecnológicas avanzadas, como el monitoreo de transacciones en tiempo real.
Con una mirada puesta en el futuro, el Global Financial and Economic Crime Outlook 2025 posicionó a Uruguay como un referente regional en la lucha contra el crimen financiero, una performance que también puede interpretarse como un premio a una estrategia sostenida que combina gobernanza eficaz, cooperación internacional y adaptación tecnológica.

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