
Rosendo Fraga (h)
Director de Análisis e Investigación en gormanlee.com
El Índice de Percepción de Corrupción (CPI por sus siglas en inglés) de Transparencia Internacional es el principal indicador global de la corrupción en el sector público y se presenta como una instantánea comparativa anual de 180 países. Desde 1995, año de su primera edición, Transparencia Internacional define a la corrupción como “el abuso del poder encomendado para beneficio privado y uno de los factores más importantes en la erosión de la confianza, el debilitamiento de la democracia y el principal obstáculo en el desarrollo económico y la igualdad de las sociedades”. El ranking de 2023, difundido hoy, representa la vigésimo novena edición de este índice, que se calcula combinando datos de trece fuentes externas.
En esta nueva edición, que representa el primer año completo de gobierno de Santiago Peña, Paraguay obtuvo 28 puntos, la misma cantidad que en 2022, aunque mejoró una posición respecto a ese año y se estableció en la 136°, la cual comparte con Gabón, Laos y Malí.
En el contexto latinoamericano, en 2023 Paraguay ocupó la decimoquinta posición, por encima de Guatemala y Honduras (16°), Haití y Nicaragua (18°) y Venezuela (20°), que es además el país con la peor percepción de corrupción en el mundo después de Somalia. En el otro extremo, Uruguay ocupó el primer lugar, seguido de Chile, Costa Rica, Cuba y Colombia. Los resultados de 2023 muestran que sólo tres países de América Latina han logrado mejorar su puntaje: República Dominicana (+3), Costa Rica y Colombia (+1).
El CPI se publicó por primera vez en 1995. Durante todo este largo proceso se dieron algunos cambios. Los más importantes son el hito de 180 países de 2007 y el cambio en el puntaje a partir de 2012, que pasa de una escala de 0 a 9.9 a otra de 1 a 100. Teniendo esto presente, es posible comparar la percepción de corrupción promedio de las tres últimas presidencias de Paraguay, las que abarcan un periodo de quince años, entre agosto de 2008 (cuando asume Fernando Lugo) y el mismo mes de 2022, cuanto termina la presidencia de Mario Abdo Benítez.
El gobierno de Abdo Benítez, de hecho, tiene el mejor puntaje promedio para un gobierno de Paraguay por su percepción de corrupción: 28,6 puntos. Le sigue la presidencia de Horacio Cartes (2013-2017) con 26.8 puntos. A pesar de estar casi dos puntos por debajo de su sucesor, el gobierno de Cartes es el que muestra un mayor crecimiento en términos de percepción de corrupción, de los 24 puntos de 2013 hasta los 30 en 2016 (este puntaje récord sólo sería igualado por el gobierno de Abdo Benítez en 2021). Por último, el gobierno del ex obispo Fernando Lugo (2008-2013), que tuvo que ser concluido por Federico Franco, presenta el promedio más bajo de los tres: 22,8 puntos. Los 21 puntos alcanzados en 2009 durante su gobierno representan el peor puntaje de Paraguay en este índice desde 1998.
Es innegable que el puntaje de percepción de corrupción de Paraguay es todavía bajo para los estándares de la región. Pero los promedios ascendentes para Paraguay en los últimos quince años (22,8 para Lugo, 26,8 para Cartes y 28,6 para Abdo Benítez) reflejan una tendencia que, aunque con altibajos, parece cruzar los últimos gobiernos paraguayos: un intento por lograr una mayor transparencia e institucionalidad. Aunque todavía es demasiado temprano para determinarlo, y aunque el trecho para estar a la par de los mejores países de la región es todavía largo, que Santiago Peña haya mantenido en su primer año de gobierno el mismo puntaje que su antecesor podría ser una señal de que la tendencia continúa.

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